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.31.- Desde la oscuridad

martes, 21 de septiembre de 2010.

Se ha escrito tanto sobre nosotros… sobre nuestra apariencia, sobre nuestras costumbres, defectos, delitos, de dónde se cree que provenimos, nuestras generaciones… Me río ante el intento de entendernos, ante el intento de creer en nuestra existencia mientras otros la descartan categóricamente; me río ante el pavor que infundimos o la carcajada nerviosa que a veces intenta ocultar esa emoción tan típica en los humanos. Me río ante toda la literatura, que aunque original y a veces bien escrita, describe nuestra vida, muerte y existencia eterna….

¡Qué poco sabéis todavía! Existen tantas especies entre nosotros...

Contemplo la cortina de árboles que me protegen del sol, pero la carencia de follaje en sus gruesas y secas ramas no serán capaces de ocultarme a la muerte inminente, cuando ésta aparezca radiante, hermosa, justiciera…

Por fin dejaré de existir, pero sólo porque yo lo deseo…

¿Os habéis preguntado alguna vez qué es la Muerte?

Seguramente… Cada uno la mira bajo un prisma diferente: miedo, terror, respeto, paz, indiferencia… pero es curioso saber que al nacer, la muerte es lo único de lo que podéis estar absolutamente seguros.

¿Cómo sería un mundo en dónde nadie muriera? Un caos… una jaula en donde acabaríais apretados los unos contra los otros, de forma horrible y carente de intimidad, oliendo vuestro propio sudor y el del otro, sintiendo vuestra respiración ahogada, luchando por el oxígeno que otro cuerpo os roba. Sería inútil escapar de nadie, correr por los campos, buscar esa soledad que a veces deseáis y necesitáis. No podríais moveros, estirar los brazos, saltar… en fin todas esas simplezas que hace al ser humano…



La Muerte pues, disfrazada con una de sus múltiples caretas, os libra de esa jaula, os otorga espacio, os confiere ese respeto a la vida que os enseñan desde niños, y aprendéis a reverenciarla y jamás interrumpirla por vosotros mismos. Para eso ya está la Muerte y ésta, es tan poderosa, que a veces, al verse forzada a manifestarse por el deseo propio de alguien, ingeniosa, creó las muchas religiones que hoy existen y que exponen una serie de leyes obligatorias, aunque claro está, ocultas bajo esas máscaras llamadas deidades. Pues dictar leyes o normas con su propio rostro sería un gran error ya que… ¿quién obedecería a la Muerte?



Sí, me río… lo hago esperando a ese fin que la creación entera teme mientras que yo siento la impaciencia y expectación, llenándome los sentidos. Al fin veré su cara macabra, ese rostro que puede eludirnos durante tanto tiempo o aparecer nada más nacer, según sea su capricho.



Hace frío. La escarcha de la madrugada ha tapizado con sus dedos el suelo y la escasa hierba seca que me rodea, pero yo lo ignoro. Hace tiempo que me negué a sentir. Los sentimientos son caminos que sólo te guían hacia errores y debilidades, que pueden acabar con cualquiera de nosotros.



Pero... ¿dónde están mis modales? Aquí estoy yo filosofando sobre la vida y la muerte, y ni siquiera me he presentado…



Mi nombre es Elvira Lhamper y, soy lo que vosotros vulgarmente llamaríais, un vampiro, o para entrar en detalles: una vampira, ya que pertenezco al sexo femenino… Perdonaré vuestra escasa creatividad fruto de vuestra ignorancia, ya que nuestra existencia ha transcurrido bajo un velo tan sumamente tupido, que apartarlo os sería imposible y, si por algún capricho de la coincidencia pudierais despejarlo, lo único que haríais es crear una historia más de entre las muchas que ya se han escrito, bajo el nombre de vampiros, así robándonos del orgullo de pertenecer a una especie poderosa y eterna.

(Continua..)
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.30.- Mi primer amor.

sábado, 18 de septiembre de 2010.
A ti mi primer amor,

a ese que me enseñó la ternura de una caricia

a ese que me regaló la alegría de una lágrima

a ese que siendo hombre no me hirió

a ese,


Mi primer amor




El primer hombre que amé en mi vida fue mi abuelo materno. Era alto, de pelo ralo, labios finos y constitución ligeramente pesada. Poseía una voz lenta y tranquilizadora de suaves matices. Recuerdo escucharle embelesada mientras leía algún articulo del periódico el cual, a mi corta edad, apenas entendía aunque no me habría importado escucharle durante horas seguidas, pues su perfecta articulación acompañada con la calidez de su cadencia, era para mí un bálsamo tranquilizador en medio del caos que representaba la casa en donde fui criada.

A su lado me sentía a salvo, protegida de todo peligro, no importaba que él fuera un hombre sumamente pacífico cuya meta en la vida era leer tanto como pudiera para enriquecer su intelecto, aborreciendo cualquier tipo de violencia, o que su filosofía fuera conversar y jamás agredir, yo le comparaba con un héroe creado por mi vivida imaginación de niña, un héroe que sin la menor duda, podría arrancarme de las garras de un dragón, si se diera el caso.

Recuerdo nuestras largas caminatas hacia su viñedo.

Durante aquellos dos kilómetros que gustosa hacía a su lado a lo largo de una carretera fuera del ruido de la ciudad, rodeando con sus sensuales curvas una montaña rica en flora, mi abuelo deleitaba mis oídos con sus versos y poesías, las cuales a mis cortos ocho años no siempre entendía, no obstante aprendía de memoria con sumo interés. El paso del tiempo me fue ayudando a absorber el significado, dándome cuenta de su riqueza en palabras y sentimientos. Creo que fue mi abuelo quien creó en mí ese romanticismo o tal vez idealismo que hoy en día tanto intentamos ocultar por ser "cursi" o "nada moderno", pero que es y será siempre parte de mi ser.

La riqueza de su vocabulario era un manantial de caudal inagotable del que bebí vocablos y expresiones de difícil significado para mí en aquella época, oídos de forma casual para más tarde preguntarle a solas, lejos de los oídos ignorantes de mi abuela, pues así como él era un hombre intelectual sin dar importancia alguna a su innata o adquirida sabiduría, mi abuela era una mujer analfabeta, apenas capaz de poder escribir su nombre.

En aquella época me preguntaba a menudo como un hombre tan formidable, había contraído matrimonio con una mujer tan sumamente diferente a él, una mujer con quien era imposible llevar una conversación sin que su carácter fuerte y dominante no diera paso a gritos o imprecaciones que herían mi sensibilidad infantil aún sin comprender su total coherencia.

Ahora, con la experiencia que la vida me ha otorgado, puedo tal vez disculparle, pues ella era una mujer que a pesar de su pelo plateado, demostraba haber poseído una belleza indiscutible, pues aún en su avanzada edad, su rostro de escasas arrugas retenía más que un eco de sus jóvenes primores.

En la ignorancia de mi niñez aquel detalle escapaba mi comprensión, pues mi abuelo era mi héroe, la perfección personificada… Así que deseando acallar aquel error, mi mente elaboró una excusa: Mi abuelo la había salvado de un padre tirano, sacrificando así su propia felicidad.

Qué fácil es buscar y aún más fácil encontrar excusas para disfrazar los errores de la persona amada… Se hizo antaño… se sigue haciendo…

Él me dio ternura, una ternura singular que nada tenía que ver con besos ni abrazos, una ternura que flotaba invisible, que me envolvía con su calidez expuesta en su palabras, en sus sonrisas, en sereno detalles, en aquel pequeño jardín que creó exclusivamente para mí alrededor de un melocotonero en el centro de su viñedo, en aquel columpio balanceándose de una rama gruesa de aquel mismo árbol, en la mesa de madera que fabricó para mí con la intención de que hiciera mis deberes, en aquel martillo pequeño que fabricó para que yo lo golpeara sobre la mesilla de noche para llamar la atención y no forzar mi voz después de mi operación de anginas, en aquellas coronas de hierbas que entrelazaba con hierbas y flores para luego cubrir mi cabeza y nombrarme princesa de su viñedo.

¿Cómo no amar a un hombre que te entrega todo su cariño con hechos y palabras a cada instante de tu corta relación?

Recuerdo su pelo, que como mencioné anteriormente era ralo y oscuro. A mi corta edad yo deseaba ser peluquera y, su cabeza fue centenares de veces la víctima de mis "prácticas". Él gustaba de ser peinado y jamas pronunció queja alguna cuando yo, llevada por mi entusiasmo, añadía flores, cadenas y hasta pañuelos, convirtiendo su cabeza en la de una reina preparada para atender un baile oficial. Luego reía cachazudo al mirarse en el pequeño y redondo espejo que yo le entregaba, preguntándome cuál sería la reacción de mi abuela si le "pescara" embutido en aquel disparatado disfraz, pues aparte de cometer la imprudencia de convertirle en una mujer, la falta mayor residía en haberme permitido jugar…

El día que la fatal noticia de su muerte me llegó, contaba yo con veintiún años. El primer impacto fue uno de inexplicable vacío, luego se transformó en un dolor intenso y callado, una herida profunda que no cesaba de sangrar, y aunque el transcurso del tiempo la hace más llevadera, en mi fuero interno, en lo más recóndito de mi mente, aun sangra.

Era mi héroe, mi padre, mi amigo, mi compañero de juegos, mi tutor y… mi primer amor.
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.29.- Comienzo del curso escolar.

viernes, 10 de septiembre de 2010.

CURSO DE FORMACION
PARA HOMBRES

OBJETIVO PEDAGÓGICO :
Permitir a los hombres desarrollar esa parte del cerebro cuya existencia ignoran.

PROGRAMA: 4 módulos, de los cuales 1 es obligatorio.

Módulo 1 (curso obligatorio)

* Aprender a vivir sin su madre (200 horas).
* 'Mi mujer NO es mi madre' (35 horas).
* Entender que el fútbol no es otra cosa que un deporte, que quedar fuera del Mundial no es la muerte (500 horas).


Módulo 2: 'Vida en pareja'

* Tener niños sin volverse celoso (50 horas).
* Superar el síndrome de pertenencia sobre el mando a distancia (55 horas).
* No mear fuera del inodoro (100 horas): Ejercicios prácticos en vídeo.
* Entender que los zapatos no van solos hasta el armario (80 horas).
* Cómo llegar hasta la cesta de la ropa sucia sin perderse (50 horas).
* Cómo sobrevivir a un resfriado sin agonizar (50 horas).


Módulo 3: 'Tiempo libre'

* Planchar en dos etapas una camisa en menos de dos horas (ejercicios prácticos).
* Digerir cerveza sin eructar mientras se pone la mesa (ejercicios prácticos).


Módulo 4: 'Curso de cocina'

Nivel 1 (principiantes): 'Los electrodomésticos'
ON = encendido
OFF = apagado
Nivel 2 (avanzado): 'Mi primera sopa instantánea sin quemar la cacerola'
Ejercicios prácticos: Hervir el agua antes de añadir la pasta.


CURSO INTENSIVO:


Por razones de dificultad y entendimiento de los temas, los cursos tendrán un máximo de 8 alumnos.

TEMA 1: 'La ropa': Desde la lavadora hasta el armario, ese misterioso proceso.

TEMA 2: 'Los riesgos de llenar la cubitera del hielo y su transporte hasta el refrigerador' Demostración con soporte de diapositivas.

TEMA 3: 'Demostración científica: cocinar y tirar la basura NO provocan impotencia ni cuadriplejia' Prácticas en laboratorio.

TEMA 4: 'El rollo de papel higiénico' El papel higiénico, ¿nace al lado del inodoro? (exposiciones sobre el tema de 'La generación espontánea').

TEMA 5: 'Por qué no es necesario agitar las sabanas después de haber emitido gases intestinales'Ejercicios de reflexión en pareja.

TEMA 6: 'Los hombres que conducen, si se pierden, ¿pueden pedir información sin correr el riesgo de parecer impotentes?' Testimonios

TEMA 7: 'Diferencias fundamentales entre la cesta de la ropa sucia y el suelo'

TEMA 8: 'El hombre en el asiento del pasajero' ¿Es generalmente posible no hablar o agitarse convulsivamente mientras ella conduce y/o aparca?.

TEMA 9: 'La taza del desayuno: ¿levita sola hasta el fregadero?' Ejercicios dirigidos por David Copperfield



(Sin Ánimo de ofender a nadie...Sonríe, nunca puedes saber quien te está mirando)
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